sábado, 18 de marzo de 2017

Mi embarazo

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Creo que sobre el embarazo se tienen muchas ideas preconcebidas, algunas fruto de las películas y otras por lo que te cuentan o lees. La realidad es que cada embarazo es un mundo y cada embarazada lo vive de distintas maneas y os lo digo yo que justo cuando yo me quedé embarazada se quedaron dos amigas mías y ninguna de las tres tuvimos el mismo embarazo ¿cosas en común en las tres? Sí claro, algunas, pero cada una lo vivimos de maneras muy diferentes.

La verdad es que yo pensaba que vomitaría desde por la mañana hasta por la noche, que me pondría como una foca y que habría olores que me harían vomitar y coger asco a lo culpable de tal olor. La realidad fue bien distinta, los tres primeros meses no tuve ni un vomito (¡¡bien!!) pero desde por la mañana hasta por la noche sentía asco y nauseas. Lo bueno es que pasó rápido y cuando entre en el segundo trimestre todo fue una maravilla. Sobre los olores, como yo tengo rinitis crónica no sentí ningún super poder olfativo ni alimentos que me dieran asco por su olor, lo que si me pasó es que había alguna cosa que me daba asco comer, como las gambas (era ver una gamba y entrarme fatiga).
¿Antojos? No más de los que me daban con la regla, quizás la fruta, que me apetecía mucho más, pero eso de que a media noche se me antojaran pepinillos o helado de chocolate, pues no (mi novio da gracias al cielo, jejejeje).

Y cuando llegó el último trimestre llegó lo que peor llevé, el mascar lava ¡¡lava!! Era tal el ardor que un día me quedé afónica. Menos mal que la ginecóloga me dijo ¡¡nunca más!! Y me dio ranitidina y gabiscon y entonces volvió a salir el sol en mi vida, no necesité casi ni el gabiscon, por la noche una de ranitidina y felicidad en estado puro.

En el tercer trimestre un día juro que creí que moría ¿sabéis eso de que dicen que cuando el niño va creciendo te presiona los pulmones? Pues un día después de subir un mini tramo de escaleras para llegar al trabajo parecía que había subido el monte Everest corriendo ¡¡fue horrible, me faltaba el aire!! Desde ese momento y hasta que dí a luz, subía en ascensor aunque mi oficina esta en un primero.

Lo único que puedo decir que fue una constante en el embarazo fue el sueño, es que me quedaba dormida por todos los rincones y lo peor era cuando terminada de comer en el trabajo ¡¡era misión imposible mantener los ojos abiertos frente al ordenador!! En serio, era horrible, parecía que tenía narcolepsia.

La verdad es que mi embarazo, salvo por pequeñas cosas, fue bastante bueno, yo solo engordé de tripa, eso sí ¡¡menudo tripón!!, pero no se me hincharon ni los pies, ni la cara…Aunque eso es porque no paré en todo el embarazo, porque os aseguro que podía comerme un vaca entenra yo sola ¡¡que manera de comer!!

Lo malo del embarazo, es que yo soy muy neurótica y me obsesionaba que se moviera, así que me compré el aparato para escuchar sus latidos y cuando me ponía nerviosa porque no le notaba pues me lo enchufaba y me quedaba más tranquila, además que solía moverse  cuando lo ponía (ya os hablaré del aparatito en cuestión por si os animáis a comprarlo).

Lo más curioso es que yo pensaba que lo de romper aguas de las películas era una exageración pero cuando me pasó pude constatar que no, que es real. Yo rompí aguas un martes a las 12:30 de la noche, justo al meterme en la cama, que oí como si se pinchara un globo y empezó a salir un torrente de líquido ¡¡si me hizo bolsa en el pantalón de pijama!! Vamos, que lo primero que pensé es que menos mal que no había roto aguas por la mañana que había estado en una reunión en el  Notario (¡¡que vergüenza habría pasado!!), porque sí, yo trabajé hasta el día que me puse de parto, es lo que tiene ser autónoma. Ahora tengo claro que si tenemos un segundo llevaré en el bolso unas bragas y unos leggins de recambio, por si las moscas.



En fin, que cada embarazo es un mundo y así fue como, a grandes rasgos, yo viví el mío ¿cómo fue el vuestro?

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